30 octubre 2009

Arte y migración en los jóvenes valores visuales de la Universidad Veracruzana: Emmanuel Cruz, Flavio Díaz y Roberto González

Ponencia presentada por la Dra. Laura de la Mora Martí (Programa en Artes Visuales de la Universidad Veracruzana) en el II Congreso Nacional de Ciencias Sociales. Oaxaca 2009.

Realizó: Rafaela Andrés Ortiz.

“El arte ha sido uno de los soportes de la realidad social y los eventos y sucesos que vive el hombre en su evolución ante factores económicos y sociales. La migración ha penetrado en el arte como temática de carácter internacional. Genera estructuras narrativas propias, su presencia se ha trastocado en un símbolo a partir de los años 90, un síntoma de la realidad incontenible en el desplazamiento de las fuerzas laborales hacia nuevos horizontes de esperanza para una “vida digna y de posibilidades de bienestar”. Así inicia la ponencia presentada por la Dra. Laura de la Mora Martí quien está adscrita al Programa de Investigación en Artes de la Universidad Veracruzana; en la que La migra, título de un trabajo pictográfico realizado por Emmanuel Cruz Muñoz, Flavio Díaz Pérez y en monotipos Roberto González Lozano, jóvenes pintores veracruzanos, cuyas vidas han estado vinculadas a la migración bien hacia el norte (Estados Unidos) o hacia el sur de la república.

A través del recorrido hecho por los rostros y cuerpos atravesados por el dolor y el sufrimiento causado por la forma en que son perseguidos de este y el otro lado de la frontera mexicana, emerge el interés que la obra de estos tres artistas persigue y que consiste en sensibilizar al público en relación con la realidad que viven quienes deciden de manera ilegal cruzar la frontera, (los indocumentados). Estos jóvenes creadores manifiestan en sus trabajos la desolación, la soledad e incertidumbre vividas por hombres y mujeres que han intentado cruzar hacia Estados Unidos.

En la Migra.
Esta serie es el resultado de un trabajo pictográfico realizado por Emmanuel y Flavio, motivados por un interés mutuo: la migración. Algunas de las obras presentadas son:

"Desmexicándose para mexicocomprenderse" en la que se resalta el deseo de quitarse una piel que cubre la cara, casi una bandera mexicana aunque tiene impresa en el torso a Tonatzin, la Virgen de Guadalupe, en un entorno en que el alambre púas le traspasa. Se detecta el paso del tiempo referido con el deslavamiento del muro, en el que hay un marco de águilas símbolo de México y el que se apropiara como símbolo el colectivo “Suma” hay un interés por traspasar y eliminar ese alambre de púas que limita, lacera y margina .

Emanuel y Flavio tuvieron la oportunidad de experimentar de primera mano en Tijuana B.C y en Río Blanco, Veracruz, las penurias de cientos de connacionales, en un intento de llegar a Estados Unidos y por ello decidieron comprometer su arte como medio de difusión con la finalidad de crear conciencia social ante la realidad que dista mucho de lo que los medios de comunicación planean y muestran.

"Como me la pinten brinco", en esta obra Emanuel y Flavio expresaron su influencia de Guillermo Gómez Peña en el tratamiento que hacen de los personajes, quien refiere a los chicanos y a la transformación de su identidad ya como migrantes al integrar a sus patrones culturales, elementos del nuevo entorno al que han migrado, no obstante la búsqueda por preservar la identidad propia y sus tradiciones.

"Todo es ilussio" al respecto Emanuel dijo: “Esta obra surge a raíz de mi preocupación por los problemas a los cuales nos enfrentamos los mexicanos en nuestras fronteras ilusiorias: por un lado la frontera norte en la cual cada año se incrementan las muertes de hermoso latinoamericanos sumándose en los últimos 5 años la cifra de 2.4000 muertes. Por otro lado la frontera sur, en donde incluso somos ya no tan sólo víctimas sino también victimarios con nuestros hermanos centro y sudamericanos; en donde las mujeres son las que más sufren, pues muchas de ellas son violadas, recayendo en ellas el maltrato físico y verbal”. El joven pintor se vale de simbolismos y alegorías visuales que refieren “mallas… que dividen conciencias”, “alambres de púas… traspasando aspiraciones” y “alas de sueños, rotas…”.

De acuerdo con la exposición En la Migra, Omar Gasca expresó: Emanuel Cruz recupera - o más bien recuerda- que el arte tiene o puede tener el sentido de aportar, en este caso una visión acerca de los indocumentados, de los mojados, de los ilegales; de los mexicanos y los latinoamericanos en general que se mueven al país del norte en busca del trabajo que mejore las condiciones de vida de la familia, porque en la geografía propia no hay empleo, no hay inversión en la planta productiva, el campo está abandonado o simplemente los gobernantes desoye los reclamos y cierran los ojos frente al hambre, interesados en su propia bonanza. (…) serie que harán mella en la conciencia del espectador porque, más allá de la pintura y de sus bondades de lo que se trata aquí es que la obra sirva como estímulo para cobrar conciencia, para tomar nota y postura.


“Yo no crucé la frontera… la frontera me cruzo a mí”.
Esta es la idea que permea la obra de Roberto González Lozano, migrante, hijo de campesino, nació en un poblado de San Luis Potosí y a los 10 meses migró a Ixmiquilpan Hidalgo, donde vivió hasta los 10 años, creció entre borregos y participó con su padre y hermanos en las labores de la milpa. Más adelante con toda su familia viajó a Cancún, en la búsqueda de mejores opciones de vida. Ya como estudiante de la Licenciatura en Artes Plásticas de la Universidad Veracruzana, eligió el grabado como su especialidad, gracias a la ayuda de una maestra viajó a Houston, ahí observó que los migrantes latinoamericanos tratan de preservar sus hábitos alimenticios y de consumo de productos nacionales y de esta forma conservan su identidad mexicana.

Los monotipos de la serie "La espera" tiene toda la intención de plasmar que siempre está "a la espera” y en sus trabajos aparecen elementos como:

Visa: “pase seguro, que brinda todos los derechos… para los migrantes todo está en un papel, la posibilidad de recibir la aprobación o negación de poder visitar otro país o migrar”. Este joven artista experimenta los efectos de un desgastante proceso de selección en la entrega de visas para poder entrar a Estados Unidos, en este sentido expresa: “Al ser mi punto el arte pensé que tendría cabida como migrante legal y tras haber recibido visa por una invitación no la obtengo ahora como artista y Licenciado en Artes”.


Otro elemento significativo en esta serie es un barco de papel “en el que se colocan todos los sueños e ilusiones”. Además se encuentran Cabezas que surgen después de la migración y constatan que “siempre estoy en otro lado, al no poner atención y estar siempre ausente, con ellas destaco mi ausencia, con un personaje sin cabeza y muchas cabezas pensando que representan todo lo que pienso en un minuto, en segundos…”

Este trabajo no sólo refleja el amor al arte, sino la solidaridad del sentimiento que nace desde lo más profundo de estos jóvenes artistas que de alguna forma están involucrados en procesos de migración y a partir de estas experiencias se convierten en censores y termómetros de la realidad en la que están inmersos como puntualizó la Dra. Laura de la Mora.